miércoles, 23 de abril de 2014

Desocupado lector

Nunca le agradeceremos lo suficiente a los enemigos de Cervantes el boicot que le hicieron para que nadie quisiera escribirle unos versos con los que presentar al mundo El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha y obligarle, así, a prologarla él mismo (y ya si hablamos del que hizo el de Avellaneda para la segunda parte ni les cuento)

Preguntémonos primero por qué leemos ¿por placer? ¿por cultura? ¿por obligación? ¿por pose? ¿por trabajo? Cervantes respondió a esa pregunta hace siglos con sólo dos palabras, dedicó su libro a los lectores que lo hacen por placer, sin obligación, sin las urgencias de la cultura, a los que las apariencias les importan un pepino y que, sencillamente, leen porque no tienen nada mejor que hacer. ¿Recuerdan el prólogo de la primera parte de El Quijote? ¿su comienzo? 
Desocupado lector
Jamás dos palabras que casi parecen al azar significaron tanto amor a la lectura como estas dos de Cervantes, en las que establece con el lector un diálogo directo, lleno de sinceridad, como si nos dijera "oye, tú, que no tienes nada mejor que hacer, ven que te cuente una historia" y va ¡y se descuelga con Don Quijote! ¿Es posible mostrar más amor a los libros? ¿es posible merecerse más que el día internacional del libro tenga relación con el prosista más importante de la literatura occidental? (y no digo mundial porque desconozco las no occidentales)

No, no es posible.

Y es que al comenzar así demuestra que, cuando amas leer, lees, aunque le tengas que robar tiempo a otras cosas... y eso que él sólo nos pide nuestro tiempo sin nada que hacer.

¡¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!!

viernes, 18 de abril de 2014

Gabriel García Márquez

Sea sincero, lector, ¿cuántos principios de novela puede recordar y recitar de memoria, palabra por palabra? Ojo, no digo "reconocer", que entonces nos vamos ¿a la docena, al medio centenar?, digo recitar palabra por palabra; no sé usted, lector, pero yo sólo dos, allá vamos:
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de adarga en astillero, rocín flaco y galgo corredor.
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella remota tarde en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro... 
Hace años, un brillante alumno de bachillerato que se soñaba escritor -y escribía muy bien, le deseo éxito y creo sinceramente que lo tendrá- me decía, desanimado, que para qué escribir si Cervantes ya había llegado a la cúspide hace siglos dejándonos mudos, que nadie podía superarlo o siquiera emularlo y que estaba pensando en rendirse y no escribir porque no le veía sentido si por muy bueno que llegara a ser no se podía llegar al nivel de Cervantes en el Quijote... sonreí y me limité a decir un nombre: Gabriel García Márquez; mi alumno me devolvió la sonrisa y se le fueron todas las penas porque, decía, García Márquez había demostrado que Cervantes no lo había dicho todo y que había caminos por explorar.

Allá por el pleistoceno, cuando estaba en la facultad, tendíamos a preguntarnos unos a otros por nuestras novelas favoritas; leíamos tanto entonces (por motivos obvios, éramos estudiantes de filología hispánica) que las preferencias bien podrían cambiar de un año para otro; nadie dijo nunca Cien años de soledad como novela favorita y una de mis compañeras, por si acaso, preguntaba siempre por ella para recibir siempre una misma respuesta "bueno, es que esa es obvia, no cuenta"

Lo curioso -y mejor- del asunto es que Gabriel García Márquez no es el autor de una sola novela magistral, tiene varias que, si bien no están a la altura de Cien años de soledad (¿hay alguna obra de Cervantes a la altura de Don Quijote?) son fantásticas, de primerísima línea y muy por encima de la época que le tocó vivir; tanto es así que él estaba convencido de que la novela que perduraría sería El amor en los tiempos del cólera (curiosamente a mí se me hizo bola); ahí queda El coronel no tiene quien le escriba, Crónica de una muerte anunciada, toneladas de cuentos, Noticia de un secuestro y, cuando ya pensábamos que era muy mayor se descuelga con Memoria de mis putas tristes, tan tierna, tan verdadera...

Ayer se nos fue y a mí, que soy lo opuesto a una persona sensiblera, se me escaparon un par de lágrimas... Es la tercera vez que la muerte de un escritor me hace llorar y, o mucho cambia la cosa, o será la última.

Ha sido un inmenso placer compartir tiempo en la tierra contigo, querido Gabo, gracias por todo; te has ido un jueves santo, el mismo día que Úrsula Iguarán, espero que Melquíades haya ido a recibirte... y oye, si como le pasó a él te aburres de estar muerto, estaremos encantados de recibirte de vuelta. Descansa en paz.

martes, 1 de abril de 2014

Joyland

El libro que os proponemos este mes es Joyland, de Stephen King, una historia que transcurre en un parque de atracciones del mismo nombre, con un poco de intriga, con algo sobrenatural, con algo de ternura, con algo de novela de aprendizaje ¿nos acompañas a pasar el día en Joyland bailando el hokey pokey?


Este es el resumen que hay en la web de La Casa del Libro sobre Joyland, falta la última frase, porque contiene un spoiler como una casa y estoy horrorizada con la poca vista de quien lo haya escrito, tampoco es la sinopsis que yo haría, pero quizá sea esa la idea:
Devin Jones es un estudiante de 21 años que consigue trabajo en el verano de 1973 en Joyland, un pequeño parque de atracciones de estilo antiguo, anterior a la llegada de los modernos parques temáticos. Una de las leyendas que corre entre los empleados es que en la Casa de los Horrores habita el fantasma de una chica asesinada allí años atrás

Nuestros lectores este mes han tenido, como de costumbre, una opinión bastante dispar de la novela de Stephen King, que puedes leer pinchando en los enlaces.

Carmen
Bichejo
Desgraciaíto

Newland
Pau