lunes, 3 de noviembre de 2014

Familia y finales

Saramaga, que es quien le sugirió el libro a Bichejo para que lo propusiera, hace una serie de preguntas interesantes, y tan interesantes y extensas son, que mejor aquí que continuar la conversación en un comentario ¿verdad? 

Lo del reloj, lo dicho en la reseña inicial  (no sé si alguien quiere añadir algo al respecto): a mí me pareció un detalle que unía muerte y sexo por su insistencia en mostrarnos tanto algo tan nimio como que llevaran el reloj así... y porque es una forma rarísima de masturbarse. El problema es que es algo forzado, quiero decir, si el narrador-personaje nos cuenta algo que no importa porque después va a haber un detalle relacionado con eso que importa muchísimo o lo dice directamente o se le ven las costuras; lo importante va antes que lo secundario o resulta obvio que es un truco narrativo.

La familia de Verónica es rara en la mente de Tony, y visto el resultado, rara en general, pero siempre hay que partir de la base de que sólo tenemos sus recuerdos (que van cambiando a medida que avanza) y su percepción (la madre le trata bien ergo es buena, el hermano le ignora ergo es un clasista). Quizá su encantadora madre no lo fuera tanto (me importa poco la cuestión moral pero es un poco fuerte embarazarte del novio de tu hija) y la vemos así porque a él lo trató bien -¿es una forma que tiene el narrador-personaje de sugerirnos que también a él quería seducirlo? ¿Seducía esta Misses Robinson a todos los novios de su hija?, esa es otra cuestión interesante. Saramaga tiene razón al afirmar que el narrador juega con los lectores y trata de inducirnos a error... o a su particular versión de los hechos que, pasados los años, ya no defendería a capa y espada porque si algo hizo mal, como dice Sabina, no pido perdón, para qué si me va a perdonar porque ya no le importa.

El final como dice Saramaga, efectivamente, es efectista y es, desde mi punto de vista, donde el libro pierde la poca fuerza que había adquirido. Lleva toda la novela preparándonos para un secreto gordísimo (pensadlo ¡es tremendo!) y resulta que cuando lo cuenta ya no importa, al menos yo como lectora había perdido el interés por conocerlo... y Tony reacciona tan poco... Hace preguntas que cuando resuelve ya dan igual ¿Se suicidó Adrian no por grandeza (la vida acabada en perfectivo) sino porque no pudo soportar embarazar a la madre de Verónica? ¿Lo hizo porque el fruto que él había engendrado en un vientre que no era el de Verónica estaba podrido? pues no sé y, la verdad es que, una vez llegados al punto en el que lo cuenta, a mí me dio exactamente igual.

3 comentarios:

  1. A mí lo del reloj me importa un pimiento, lo mismo me daría que usaran el reloj como juguete sexual que dos cantos rodados, imagino que estoy muy lejos de apreciar ese tipo de detalles. Que el narrador juega con nosotros es evidente, pero en lugar de sacar partido de ello se va por las ramas hasta dejar que los personajes pierdan su interés por mustios, se me hace muy difícil encajar pasado y presente porque no tienen ni relación ni influencia entre sí. Si el protagonista ha vivido con una pena negra toda su vida, que no lo creo, pues peor para él pero siempre he tenido la sensación al leer de por qué este señor nos contaba esas cosas tan poco interesantes. Y para algo que hay interesante es intrascendente, porque si le importaba a alguien era al pobre difunto, ése que se quito de en medio vaya usted a saber por qué.

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  2. Lo de la familia de Verónica es como todo en el libro, nunca sabes si lo que cuenta es verdad o no, pero es que además, la visita a la casa es una de las escenas más raras de todo el libro. (Y mira que tiene puntos extraños), porque también nos quiere dar a entender que el padre es malo, y le ha hecho algo malo a su hija. Pero luego nos dice que seguramente fue invención de Verónica, porque cuando los conoce ve que tienen muy buen rollo entre ellos, y de hecho se van de paseo y le dejan sólo con la madre. ¿Por qué? Y la madre está a punto de decirle algo de Verónica, mientras hace los huevos (hecho en el que el autor hace hincapié)... y al final no le dice nada y Tony se queda con la duda. ¿Qué quería decirle la madre? Esa parte me hizo tener muchas dudas, y sigo con ellas. Que seguramente será eso, que el autor estaba juguetón y dijo "pues verás qué batiburrillo voy a armar que os vais a quedar todos con la boca abierta y sin saber que pasa". (Que es algo que a mí me ha gustado, porque me gusta preguntarme cosas, aunque me fastidia pensar que son preguntas sin respuesta lógica por un juego del autor, y sin ningún sentido. Por eso quería que lo leyerais y comentarais! Pero como a ninguno os produce curiosidad creo que me voy a quedar igual... jeje)
    Lo del final es para llamar a BArnes y decirle... "oye mira, tonterías las justas. ¿qué es lo que pasa aquí". Porque primero está la Verónica esta haciéndose la interesante con el diario de Adrían... que si te envío una hoja, que si quedamos en un sitio misterioso... Y luego, parece que por una vez Tony tiene sangre en las venas y va a ver que pasa. Entonces ve al grupo de chicos, ve a Verónica, (aunque el hermano la llama María... que resulta que no se cuantas páginas antes dice que es el segundo nombre de Veronica (esto me lo chivaron otros lectores por tuiter))... y la tía le suelta "no entiendes nada", y se queda tan pancha. Y él también.
    A ver por qué narices el autor decide que el hermano le llame María. ¿Para confundir y ya está? Y lo de "no entiendes nada"... hombre, pues evidente que el muchacho no entienda nada. Porque menudo lío.
    Gracias Paula por intentar ayudarme a aclarar dudas! Que veo que Newland no está muy por la labor... (estos vascos...)

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  3. Por cierto, a mí me ha pasado lo contrario que a vosotros. A mí me pareció más interesante la segunda parte que la primera, que me pareció más aburrida. Salvando las distancias, me recordó un poco a "Invisible" de Paul Auster.

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